El de una casada con la que solía quedar, el marido era cornudo no consentido.
El detalle de la toalla no es casual, después de darle candela hasta que a ella le empezaba a irritarsele, hacía que me la comiera de cara al espejo del armario, mientras yo jugaba a masturbarla con el magic-hand. Me encantaba ver su cara mamando, hasta que no podía más y acababa meandose de gusto literalmente con mi polla dentro de su boca.
Con ella aprendí que si no sabes como reacciona una nueva pareja, mejor protege los muebles y ten alguna toallita a mano, y si es de las de squirt o simplemente se mea de gusto, ponle un condón al juguete que uses, ya que el cabezal del masajeador acabó destrozado por la humedad.