Continuo....
Como decía, después de un primer encuentro fructífero tanto para ella, por lo que a continuación contaré, como para mí, por el hecho de pensar que me volvería a hacer cornudo, siguieron varios días de contacto continuo entre ellos, por WhatsApp, he incluso alguna llamada, de todo ello durante esas primeras semanas yo era sabedor de absolutamente todo.
A partir de ahora me referiré a ellos con nombres ficticios, para hacer más fácil mi experiencia.
No recuerdo si una o dos semanas después, por fin, volvieron a cuadrar un día para volver a verse, para Sonia era fácil ya que yo era consentidor, pero para Carlos, con su trabajo, hijo y pareja parecía ser, como es lógico que tuviera más dificultad.
Esa segunda quedada al fin pasó, fue en el coche, algo rápido e incómodo, pero que según me contó Sonia una vez llegó a casa, muy placentero. Esa noche cuando llegó Sonia de ese encuentro echamos uno de los mejores polvos de mi vida, fue súper morboso que me contara todos los detalles, que al final ese era mi objetivo, disfrutar de esa forma, y vaya si lo disfruté.
A partir de esa segunda quedada, el contacto entre ellos era diario y sus encuentros durante los dos siguientes meses comenzaron a ser de una o dos veces por semana, eso a día de hoy que yo sepa seguro, y digo esto porque según fue pasando el tiempo yo ya comencé a notar un cambio en Sonia.
Ese cambio en ella era traducido en discusiones sin sentido conmigo, frialdad, y muchas más cosas con las que a día de hoy sigo sintiendo pena. Pena porque a día de hoy, dos años después de todo aquello, sigo pensando en cómo es posible que la mujer con la que compartías todo, lo bueno y lo malo, después de dar absolutamente todo por ella durante todos esos años, fue capaz de dar un vuelco a la relación para conseguir así allanarse el camino.
Tras esos dos meses, una tarde, no voy a decir que sin esperármelo, me pidió que me sentará junta a ella, necesitaba hablar, y pedirme algo. Yo me lo esperaba, me pidió un tiempo, sí, un tiempo, y yo muerto de miedo lo acepté, y no sólo eso, sino que le puse todas las facilidades del mundo. Tenía un miedo a perderla impresionante, pero tampoco era consciente de lo que significaba eso, ni lo que implicaría emocional y mentalmente esa situación para mí.
Como digo me fui de casa, pero ya os adelanto que volví dos meses y medio después.
Durante esos meses mi contacto con Sonia era diario, por teléfono hablábamos una vez al día, días mejores y días peores. Los peores sin duda los del primer mes, en los que decía sentirse agobiada y triste, en los que me reconocía que seguía viéndose con Carlos, pero en los que me aseguraba que el problema entre nosotros no era él, sino yo, me quería hacer ver que yo había cambiado a mal, y todo ello hubo un tiempo que hasta me lo llegué a creer.
Durante ese tiempo yo no fui persona, se me caía la casa encima, no dormía, me sentía por momentos traicionado, por momentos ilusionado por volver con ella, ya que Sonia se encargaba de mantener viva en mi la posibilidad de volver.
Lo reconozco, durante ese tiempo fui un muñeco en sus manos, pero bueno, de aquella experiencia aprendí lo que no estaré dispuesto a hacer jamás.
Pasaron esos dos eternos meses en los que estuvimos separados, y al fin, Sonia me propuso volver a casa, y así lo hice.
Una vez en casa fueron semanas de incertidumbre, de hablar mucho, de llorar y sobretodo de volver a recuperar lo más importante que habíamos perdido, la confianza.
Con el paso del tiempo comencé a ser consciente de la gravedad que había supuesto esos meses de separación, y así se lo hacía saber, Sonia, al principio, seguía manteniendo que necesitó ese tiempo y nada tenía que ver con la aparición de Carlos en nuestra vida.
Poco a poco, con mi paciencia e insistencia, a base de mucho hablar comenzó a aflorar la realidad, y si, algo aunque según ella en muy bajo porcentaje, si tuvo que ver Carlos, y en cierta parte hasta lo entendí. Entiendo que después de tantos años de relación quizás llega un momento en que si conoces a alguien, que de primeras te hace ver las cosas de otra manera, te entiende, etc, pues quizás pueda abrir en ti un nuevo pensamiento, pero eso sí, para mí lo más importante, Sonia me reconoció que lo hizo mal, que fue cruel conmigo y que las cosas no se pueden hacer así, y por fin yo comencé a ver la situación de otra manera, con su arrepentimiento y viendo como Sonia quería que lo nuestro volviera a funcionar.
Yo quería saber todo, así se lo hice saber, y así fue como poco a poco me contaba que para ella, Carlos, fue muy importante en esa etapa, que no era solo sexo, sino que era como una especie de amigo confidente, se contaban sus problemas en casa, cosa que por lo visto Carlos también debía de tener una relación mala en su casa, y así por lo visto era como se hacían sentir bien uno a otro. Pero claro, entre confidencias también había sexo, y también lo quería saber todo. Aunque reacia al principio, me contó todo lo que hicieron durante esos meses, yo sentía una mezcla de rechazo con excitación increíble, me contaba detalles y nos corríamos como locos.
Por supuesto, cuando volví a casa después de la separación, una de mis exigencias fue pedirle que cortara cualquier tipo de contacto con Carlos, ella aceptó pero sé que al principio me volvió a engañar, pero con el paso del tiempo, y con nuestra relación volviendo poco a poco a la normalidad, su relación se cortó, y no me preguntéis porque lo sé, pero fue así.
Aún yo sabiendo que no mantenían contacto, mi vida seguía siendo como estar siempre en alerta, preguntándome si me estaría engañando, si lo volvería a hacer, era una locura, yo hablaba y hablaba con ella de mis "miedos", y por suerte Sonia me ayudó en volver a confiar en ella, poco a poco, muy despacio......
Esta historia no acaba aquí, todavía hay mucho que contar, tanto de mi pensamiento o aprendizaje de todo lo que pasó, como de la situación actual con Sonia