Los cuernos no duelen.
Lo que duele es el engaño.
Duele que tu pareja no tenga la suficiente confianza para decirte quién es.
La traición no es a ti: es a un proyecto llamado relación en la que ambas personas han de depositar la confianza en el otro. Y si la otra persona no es honesta. Si se oculta para ser. Será siempre una desconocida.
Los cuernos no duelen.
Lo que duele es la mentira.
Porque una relación en pareja es un lugar para ser sincero.
Un lugar en el que no te has de sentir juzgado o juzgada.
En el que te han de querer por lo que eres y por lo que deseas ser.
Haciendo cosas que pueden no gustarle a la otra persona.
Que quizás no han de gustarle pero ha de saber.
Porque no puedes ser la persona que el otro quiera que seas...
Te han de querer por lo que eres.
Vivir el sexo en libertad, sin limites
Para disfrutar de los cuernos como un juego morboso, compartido y con absoluta complicidad.
