Después de haber mostrado mi polla frente a mi amiga ya si que si acabamos de prepararnos y fuimos donde nos esperaba su compañera de piso.
Tomamos algo en un bar, fuimos a cenar y como era sábado fuimos a un sitio de copas a beber algo.
Allí, la compañera de piso empezó a hablar sobre que estaba quedando con un chaval. Se habían visto varias veces pero solo se lo había follado dos y en un coche. Estaba harta y lo quería meter en los días siguientes en su piso.
-Follar en el coche es una mierda, está sobrevalorado y es incómodo. - dijo la compañera.
-A mi tampoco es que me encante, además no me puedo mover ni hacer todo lo que me gusta.-decía mi amiga.
Yo en ese momento empecé a imaginármela follando en el coche y me preguntaba que era lo que le gustaba hacer.
-“Mira tía, esta semana le digo ya que venga a casa y ya está”-dijo la compañera.
-“Pues claro, ya estás tardando, además no iba a ser la primera vez que nos escuchamos”- contestó mi amiga.
Según lo que decían habían pasado varios hombres a follar a ese piso. Hubo uno que me llamó especialmente la atención, Daniel, un chaval al que conocían del gimnasio. Por lo visto este tal Daniel se estuvo follando a mi amiga varios meses y los gritos que metía no solo los escuchaba la compañera, ese tío debía follar a lo bestia.
Yo había oído hablar de el pero no con tanto detalle. Mi amiga mencionó varias veces que su polla era enorme y que le ponía súper cachonda.
Tras tanto hablar de sexo, pollas y demás mientras yo me calentaba, regresamos al piso. Una vez allí mi amiga se fue a cambiar al baño y yo me quedé de nuevo en calzoncillos para dormir. Mi cabeza no paraba de darle vueltas y se me ocurrió preguntarle a mi amiga, no se si por rabia o por morbo, que si ese tal Daniel la tenía mas grande que yo.
-Jajajaja te has acomplejado jota? Si tu tienes buena polla también.
-Si, pero quería saber si la tiene mucho más grande que yo.
-Yo que sé tío, así a simple visto es difícil porque ni siquiera te la he visto dura.
En ese momento le propuse verla a lo que ella asintió. Me saqué mi polla morcillona y me acerqué a ella con mi polla bien cerca para que la pudiese ver.
-Joder tío, tienes muy buena polla, se te está poniendo dura sin que la toque.
En ese momento le pedí que lo hiciera y ella no dudó. Poco a poco su toqueteo empezó a ser una paja.
-“A ver tu la tienes grande, pero la polla de Daniel lo es aún más”.
Me sentí derrotado de no haber podido competir con ese tal Daniel, pero aún así me estaba llevando una experiencia inolvidable. Mi amiga continuó y me dijo que podía correrme pero que nada de encima suya. Se sacó la camiseta y al fin me dejó ver sus dos pequeñas tetas. Mi polla estalló y salió un chorro de semen que manchó toda su mano.
Me volví a poner el calzoncillo y ella ya se quedó en tetas por el calor para dormir, total después de aquello que más daba.
-“Esto ha sido una gilipollez de amigos porque hay confianza, me mola poder tener esta naturalidad me dijo”.
Y así acabó mi último noche visitando a mi amiga. Si queréis más anécdotas dad like.